martes, 25 de agosto de 2020

9. Un primer paso a la formación escolar

 



Aún recuerdo los nervios que sentí al llegar a la primera Institución Educativa Especial que me acogió cuando yo buscaba un rumbo de formación para mi pequeña hija. Antes de bajar de mi vehículo, apareció fresca en mi mente la información que me dieron mis maestros universitarios cuando me encontraba estudiando para ser maestra pero, nunca hablamos sobre la inclusión escolar ni cómo educar a un estudiante con alguna necesidad especial. ¡Lamenté muchas veces no contar con esa información en mi lista de aprendizajes como maestra!

Hasta ese entonces, siempre me encontraba a muy frágil y a poca distancia de rendirme frente a cualquier intento de buscar un camino educativo escolar para Natalí.

Al poco rato, llegó mi momento de entrar a la Institución Educativa. Yo miraba, al transitar por el patio, con asombro los resultados del esfuerzo de maestros y equipo profesional del Centro. Todos los rostros de los estudiantes mayores mantenían viva mi esperanza de llegar a una meta. Así que, me aventuré al primer día de clases. 



NAVIDAD EN FASINARM

Mi primer lugar favorito de la Escuela fue una banca que había afuera de los salones de clase. Allí me encontré con algunas madres; intercambiamos nuestros sentimientos de ansiedad, incertidumbre, un poco de humor, consejos y ganas de salir adelante. “Que valiosas mujeres”, recuerdo que pensé. Nos relajábamos juntas, nos alentábamos juntas, nos entreteníamos.  

“Vengan señoras, acompáñenos a la clase”, nos interrumpió una maestra en nuestra plática enriquecedora. Ya adentro del salón todas estábamos muy concentradas en las indicaciones de la profesora. Entre cantos y dinámicas adaptadas a la edad de nuestros hijos (Natalí tenía 6 meses de nacida), empezamos a aprender divirtiéndonos. La maestra vocalizaba toda palabra de manera muy clara y con vocabulario muy preciso pero, también usaba con mucho acierto el lenguaje de su cuerpo. Con ese son maravilloso les enseñaba a nuestros niños a reconocer sonidos de nuestra boca, a saludar, a despedirse, cómo aprender a hacerse amigos, etc.


                                               

                                                   DIA DE LOS ABUELOS EN FASINARM


Cada clase en ese Centro fue significativa, perdón si aquí solo mencionaré una. Creo que el espacio del que dispongo en este sitio no me alcanzaría para contar lo muy valioso que aprendimos las madres y los niños. Todo era importante: los momentos cívicos, los momentos de socialización, al igual que cada clase de terapia física, terapia de lenguaje e incluso nuestras terapias de psicología. 

Apropósito de las terapias de psicología para padres, son un tesoro inigualable para cuando uno está buscando dar los primeros pasos en la ruta del bienestar de nuestros hijos y del hogar.

Aprender cantando, bailando, socializando y con amor, así podría resurmir todo el proceso de aprendizaje. Natalí hoy ya tiene casi 10 años de edad y aún mantengo ese ritmo de aprendizaje con éxito (lúdico).   

Gracias a todos esos profesionales que me guiaron a mí en mis momentos de debilidad para fortalecer lo más profundo de mi ser. Sus conocimientos, sus sonrisas, la cordialidad y el ánimo brindado nos ayudaron a todos a comprender el camino de la inclusión educativa.